06.14.06
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Proyectos aprendizaje para interactuar con las autoridades públicas

De la dependencia de las políticas desarrolladas por el Estado, o de enfrentarse a los poderes públicos sin conseguir resultados, a aprendizaje cooperación productiva en la diversidad. Así se resumen décadas de exclusión social y conflicto entre muchos gobiernos de América Latina y el Caribe y la población local. Es un escenario que ha cambiado con una velocidad que pocos se hubieran aventurado a imaginar o predecir, pero que hoy es una realidad. Varios programas originados en comunidades pobres recurrieron a apoyo para que les ayudara con su desarrollo, aprendieron el camino del diálogo y, gracias a este proceso, ahora disfrutan de los resultados.


En Bolivia, el Cluster Integral de Proyectos de la Mancomunidad de Azanaques, que cuenta con el apoyo de la Fundación Kellogg, logró reunir a organizaciones, como los Consejos Municipales de la Juventud de seis municipios del territorio de la Mancomunidad, en torno a un plan estratégico de acción para abordar problemas de salud, educación y regionales desarrollo. Según Trifón Choque, director del Centro de Estudios para la desarrollo de los Pueblos Andinos (Cedpan)/Fundación Senda Nueva (Fundasen), consorcio del cluster, el plan es un instrumento de negociación para implementar políticas que beneficien a la región. "Para lograr este objetivo, necesitamos la plena participación de los habitantes locales. Y esto requiere una amplia participación de la Mancomunidad".


La Ley de Participación Popular de Bolivia prevé financiación regional para resolver problemas locales en función del número de habitantes. "Para influir en el manejo de los ingresos, municipios necesita coordinarse tras objetivos comunes", explica Alex Castillo, director del Centro de Investigación y Educación (CIPE), otra de las organizaciones del cluster de proyectos. "Gracias al Plan Estratégico, sabemos lo que vamos a hacer hasta 2009".


En Brasil, el proyecto Redes y Juventud ha fomentado la participación de los jóvenes en las áreas de políticas, empleo, ingresos y comunicación. La iniciativa reúne a instituciones gubernamentales y no gubernamentales que desarrollan proyectos con jóvenes en el nordeste de Brasil. Según el supervisor del proyecto, Marcílio Brandão, se considera a los jóvenes tanto titulares de derechos como potenciales agentes de cambio. "Respetamos su ciclo de vida específico, su proceso de inclusión social, sus diferencias, dificultades, capacidades y formas de expresión, y les ayudamos aprendizaje a transformar sus preguntas en agendas de debate sobre la políticas pública para la juventud."


Para Redes y Juventud, el diálogo entre las ONG y los poderes públicos tiene sus más y sus menos. "Hay mucho que aprendizaje en estas relaciones entre las organizaciones juveniles y el Estado. Hay que definir mejor los límites y planificar las acciones con vistas a la continuidad y la sostenibilidad. aprendizaje Por eso son tan importantes los foros permanentes de debate".
Para más información, visite el sitio web del proyecto en www.redesejuventudes.org.br.


03/31/2006


Publicado en Interaction nº 15