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Tras el huracán Katrina, todas las escuelas de Jefferson Parish, un suburbio de Nueva Orleans, permanecieron cerradas durante un mes y el personal se dispersó por todo el país. Como consecuencia del cierre prolongado de los comercios locales y de la escasa recaudación fiscal, el gobierno local, incluido el sistema escolar, se enfrentó a una crisis financiera.
El sistema escolar de Jefferson Parish, el organismo patrocinador, no permitió que se gastara dinero por ningún motivo, a excepción de los salarios. Los centros sanitarios escolares de Bunche Middle School y Butler Elementary en Jefferson Parish pudieron comprar material médico y Otro , lo que les permitió seguir funcionando una vez reabiertas las escuelas.
Contrataron al Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Luisiana para que su personal de Nueva Orleans prestara servicios en las dos escuelas. El centro de Ciencias de la Salud también pudo adquirir una nueva furgoneta para transportar a los estudiantes de cuatro escuelas a sus citas médicas y de salud mental.