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Los habitantes de Nueva Orleans se están haciendo con una nueva narrativa para su ciudad y se han comprometido a reconstruirla con la equidad en el centro. La ciudad, que en su día fue uno de los mayores puertos de comercio de esclavos del país, reconoce hoy que poner nombre a las cosas -el racismo, la desigualdad estructural, la casta de la Confederación- es esencial para construir un futuro diferente.
El sueño de Nueva Orleans de convertirse en una ciudad equitativa y centrada en los niños empieza por dar prioridad a una educación infantil temprana asequible, accesible y de alta calidad. Gracias a las voces y visión de nuestros socios, el sistema de educación infantil temprana de Louisiana ocupa ahora el octavo lugar del país.
Nueva Orleans es ahora una ciudad donde la lactancia materna está normalizada y se fomenta, en parte gracias a las inversiones a largo plazo de WKKF.
Las brechas de riqueza racial se cierran cuando se amplía el acceso al capital y a las industrias de alto crecimiento. En una ciudad plenamente equitativa, las familias pueden conseguir buenos empleos que permitan la seguridad económica y la creación de riqueza. Nuestras inversiones en apoyo permiten a la población de Nueva Orleans, mayoritariamente negra, y a las comunidades hispana, asiático-americana y de las islas del Pacífico alcanzar la seguridad laboral y la estabilidad económica.
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